Andacollo fue conocido por los incas por su riqueza aurífera, la que atrajo tempranamente a los españoles. En 1560 uno de los indígenas del lugar encontró una imagen de la Virgen, lo que motivó la construcción de la primera iglesia del lugar, para albergarla años mas tarde en 1580. La imagen original desapareció tempranamente y a mediados del siglo XVII el primer párroco de la localidad encargó una nueva a Perú, similar a la anterior, tallada en madera de cedro.
Ésta se conserva aún en la iglesia antigua de Andacollo, construida entre 1772 y 1789 para dotar de un santuario más digno a la imagen. En 1873 se construyó un nuevo templo, el cual presenta un pórtico con tres vias de ingreso en arcos de medio punto; columnas de capitel corintio que separan las naves, la arquería, y las galerías sobre las naves extremas.
La construcción es de doble tabique de madera de pino oregón, relleno con adobillos, y recubierto por planchas de fierro galvanizado. De pino oregón son también los pisos, las columnas, las pilastras, cornisamientos, molduras y los tambores de las torres. Como antaño, las festividades de Andacollo se caracterizan por los bailes de los devotos, que se organizan para tales efectos en comparsas que todos los primeros domingos de octubre y los 24 y 25 de diciembre llenan el lugar de música y colorido.